miércoles, 26 de agosto de 2009

LA BLOGGER

La Blogger me dejó su correo electrónico.

Agregué a La Blogger.

A los dos días entró en línea, chateamos una noche entera, lo mismo hicimos los dos días siguientes. Acordamos vernos el próximo viernes en un bar del centro. Es un lugar ameno, tocan mucho reggae y la gente es muy tranquila.

Llegué más temprano que La Blogger, me senté en un rincón. A pesar de la penumbra que adorna la discoteca, logré reconocerla ni bien entró, me acerqué, la saludé y nos sentamos a beber unas cervezas.

Todo el tiempo que hablamos no pude dejar de mirarla, era en verdad mucho más guapa que en sus fotos (en las que se le veía realmente guapa), también muy inteligente, se ha leído todos los libros del mundo y no pude evitar sentir cierta admiración (y cierta envidia por no haber leído tantos libros como ella).

Luego de unas cuantas cervezas (las suficientes como para que me vengan unas incontenibles ganas de orinar) entramos a la etapa en que nos jugamos de manos. Toqué su mano fingiendo cierto interés por un anillo en su dedo medio, ella tocó mí brazo simulando cierta curiosidad por una cicatriz que tengo ahí. Cuando era obvio que nos íbamos besar, no aguanté más las ganas de ir al baño, me disculpé, salí disparado al baño pero cuando llegué éste estaba ocupado y con una fila enorme de gente esperando. Desesperado le pregunté a una de las meseras si había otro baño, ella que me había observado en mis piruetas para enamorar a mi acompañante, me hizo un guiño y me dijo que en el segundo piso había un baño que nadie usaba, le agradecí, subí corriendo, oriné, me lavé y cuando intenté salir, simplemente la puerta no abría.

Desesperado la forcé, pateé, grité, llamé por el celular, pero fue inútil. Con la música a todo volumen nadie me iba escuchar. Me resigné a mi mala suerte. Luego de veinte minutos de agonizar en un olvidado baño, un mesero, tan urgido como yo por orinar, abrió la puerta, me miró sorprendido, yo fingí normalidad, salí y bajé corriendo las escaleras en busca de La Blogger, pero ella no estaba donde la había dejado. La busqué con la mirada y lo que vi me dio ganas de regresar al baño, meterme en él y pasar el agua para perderme en los inhóspitos desagues limeños: La Blogger estaba bailando con un chico, bailando y besándose, bailando y besándose al ritmo de un relajante reggae. Asumiendo mi (nueva) derrota, decidí no decirle nada, ni siquiera que me voy y que no he pagado la cuenta. Al fin, que la pague ella.

6 comentarios:

Manolo Palomino dijo...

broer!! yo sigo tu blog hace un buen de tiempo ya, y esto me ha pasado a mi!!! y es pesimo!! suerte!! un abrazo

Unknown dijo...

asu..jugamos como nunca, perdimos como siempre?? Ta bien que le hayas dejado la cuenta...jaja
besitos,

Polanesa dijo...

Jajaja, es lo jodido de tomar cerveza en las citas :P

Jimmy dijo...

Manolisto: tranquilo bróder!

Jeanina: perdí como siempre, jajajaja.

Polanesa: es jodido tener citas.

ツ Fresita ツ dijo...

Tu calentaste la comida y otro se la comio (?)

jaja que feo se leyo no? :S

:X

Saludos :P

Jimmy dijo...

Así es de fea la verdad, jeje.