jueves, 30 de julio de 2009

REGALO DEL SEÑOR (TE ALABAMOS SEÑOR)

Tengo una vecina evangélica, pero de las radicales, de aquellas que no aceptan discrepancias o el más mínimo "pero" en contra de su creencia. Por alguna inexplicable razón, ha consagrado buena parte de su tiempo a tratar de llevarme al rebaño de su Pastor y yo me he resistido de todas las formas habidas y por haber. Pero hoy, seducido por sus encantos (¿Quién dijo que las cristianas no eran sexys? ella lo es y mucho) decidí aceptar su invitación y confirmarle mi presencia para la noche siguiente en su casa, donde se juntaría un grupo de cristianos en una de sus habituales reuniones.

Tal cual acordamos, llego puntual a su casa y a pesar de mi sorprendente y novedosa puntualidad, ya el lugar está lleno de cristianos, todos usando saco y corbata, y yo sintiéndome un intruso total al haber asistido en short y sandalias (qué importa pienso, Dios no se fija en lo que traes puesto, pero luego creo que Dios es muy materialista y seguro reprobará lo que traigo encima). Tomamos asiento en las sillas que estratégicamente ha acomodado en el medio de la sala y ella se coloca delante de todos y luego de alguna extraña oración que yo no entiendo, nos dice que hoy recibirán a dos nuevos hermanos, que cada uno deberá contar qué es lo que los llevó de regreso al camino de Cristo. Anuncia a una chica que aún no llega y para mi sorpresa me anuncia a mí y yo maldigo y le pido a Dios que como prueba de su existencia, mande un rayo fulminante y achicharre a mi odiosa vecina (pero Dios una vez más demuestra que esta ocupado y no me hace caso).

Cuando ya me está anunciando para que hable delante de todos (y yo estoy alistándome para salir a la carrera de ese lugar), aparece la chica que está regresando al camino del Señor y no es una chica cualquiera: es una muy sexy, guapa y vestida con un diminuto traje que haría avergonzar a la más avezada habitante del más sórdido lupanar limeño. Y los ojos que la miran ahora no son tan cristianos que digamos, para ser sinceros, esas miradas son muy lujuriosas y muy mal disimuladas. La anfitriona tiene que simular una garraspera con su consecuente tocecita educada para que todos vuelvan al redil del Señor y aparten de su mente esos lúbricos pensamientos.

Luego de ese momento de debilidad carnal, ella la anuncia (nos dice que se llama "Bárbara") y le dice que por favor nos explique los motivos de su regreso al Señor Todopoderodo. Nuestra visitante empieza a hablar un tanto vacilante y no se le entiende bien pero al ver los rostros de interés con que la siguen, parece tomar mayor aplomo y ahora habla fuerte, claro y se le entiende todo (y se le ve todo) ".... he llevado por mucho tiempo una vida descarriada y promiscua, empecé desde muy joven, me dediqué a las drogas y el alcohol y cuando eso dejó de satisfacerme, me refugié en el sexo, empecé a tener sexo con todos, desde un amigo mío hasta un tío, incluso me acosté con algunas chicas que conocía en las fiestas....." de pronto el relato no parece la confesión de una chica arrepentida si no más bien el relato de una experiencia triple x de alguna descarriada mujer. Todos estamos de lo más concentrados en sus palabras (y todos tratamos de recrear sus palabras en nuestras mentes).

Al parecer la anfitriona ha notado esto y trata de cortar su relato, pero la silbatina generalizada y las amenazas de no diezmar, se lo impide. Se resigna a escucharla y nosotros seguimos disfrutando de esa biografía llena de sexo, lujuria y juergas. Cuando termina es obvio que ha todos nos ha quedado corta la historia y preguntamos si es el final, nos dice que si y de pronto un hermano se ofrece a regresarla al camino del Señor pero otro se pone de pie y le ofrece lo mismo. Otro cae de rodillas dando gracias a Dios por devolverle a la hermana perdida y pide que oremos por su salvación. Y yo los miro a todos y pienso que son una sarta de idiotas que quieren trasformar a la chica, y me pregunto para qué quieren eso, si así está muy bien ¡y que viva el pecado y al lujuria! y le quiero decir que si se quiere refugiar en el sexo nuevamente pues que me avise, que yo estoy dispuesto a darle asilo sexual. De pronto un empujón me saca de mis pensamientos, cuando veo qué es lo que sucede, no me causa la menor extrañeza: los hermanos se han enfrascado en una diabólica pelea por decidir quién será el encargado de encaminar hacia la fe a esa rica señorita que los mira divertida y se siente más rica de saber que todos esos discípulos de Cristo se están desollando por ella. Aprovecho la batahola para acercarme a ella y pedirle su número pero mi vecina se interpone y le dice que no me dé nada, ella duda y yo le digo que no le haga caso. Mi vecina insiste y le dice que soy un seguidor de Satanás, que me ignore, que ella es el camino a la salvación. La chica nos mira como quien elige entre el bien y el mal y como el mal siempre gana, me toma por el brazo y me pide irnos de ese lugar.

Mientras converso con ella voy pensando que después de todo, esas reuniones cristianas no son tan malas como creía, que más bien sirven de mucho, como por ejemplo para conocer a chicas malas (de verdad).

jueves, 23 de julio de 2009

DIME QUE ME AMAS

La situación del trabajo cada día está peor, la escuela de mi hijo está por comenzar y los gastos me tienen al borde del suicidio o la prostitución callejera. En todo eso voy pensando mientras voy a la oficina parado y aplastado en un horrible micro de interminable recorrido. De pronto mi celular empieza sonar y vibrar a la vez y con él vibran todos los que están pegados a mí, no quiero contestar pero ante la queja generalizada, decido meter mi mano y pujar entre todas esas carnes que me asfixian y contestar.

-Aló.
-Hola mi amor.

Mierda, es mi novia, maldito momento en que me llama.

-¿Qué tal cariño?
-Feliz, hoy tengo almuerzo de reencuentro con mis ex compañeras del cole.
-Me alegro por ti, que te vaya bien.
-¿Me estás cortando?
-No, para nada.
-¿Y por qué me hablas así todo jadeante?, ¿dónde estás?, no estarás con otra ¿no?
-No, estoy con otras.
-¿Qué?
-Qué estoy en el micro con un montón de gente.
-Mentiroso, seguro estás con otra o con la polilla de tu ex esposa.
-Carajo ¿qué estás fumado en el desayuno?
-No me cambies de tema.
-No me acoses.
-¿Seguro que no estás con nadie?
-Si, seguro.
-A ver, dame un besote fuerte y dime que me amas.
-No seas ocurrente, no te acabo de decir que estoy en un micro lleno de gente.
-Seguro estás con otra y por eso no lo haces, o lo haces o te voy a buscar dónde sea que estés.


Resignado a la decadencia de mi vida y poniéndome rojo (rojo muy rojo) por adelantado, decido besar el celular (fuerte muy fuerte) y decirle que la amo, obviamente las risas y burlas de los demás no tardan mucho en llegar. Cuelgo el teléfono y decido que lo primero al salir del trabajo es ahorcar a mi novia, dicen que eso es bueno para el estrés.

jueves, 16 de julio de 2009

OJOS QUE NO VEN

Hoy me ha tocado trabajar de noche. Luego de una pesada siesta, me levanto, doy un baño y salgo rumbo al paradero. No tarda mucho en llegar el carro, me subo y apoltrono en un asiento, prendo el mp3, cierro los ojos y decido olvidarme de todo. Cuando se produce un pequeño silencio mientras pasa de una canción a otra, siento una voz rara, quejumbrosa. Pongo pausa para escuchar mejor pero no logro captarlo bien, la curiosidad me vence y decido abrir los ojos: es un ciego dando un discurso más triste que un lunes por la mañana, de pronto parece que "me mira" y siento un tanto de verguenza así que desvío la mirada.

Luego de terminar con su discurso lastimero no parece convencer a nadie (cuando pasa por el dinero –irónicamente- todos fingen no verlo), nos da la espalda y resignado decide bajar sin quejarse de nada, incluso casi tropieza con un maletín que algún distraído no retiró del camino.

Por alguna inexplicable razón (como casi todo en mi vida) decido llamarlo para darle unas monedas, el tipo voltea, esquiva el maletín (y yo lo admiro por esa buena memoria, yo con mis dos ojos en funcionamiento seguramente me volvía a tropezar con el maletín) y se acerca a mí estirando su brazo, yo le pregunto cómo es que sabe fui yo el que lo llamó. Detiene su brazo y lo lleva hacia su cara, se despoja de sus lentes oscuros y me mira (ahora si de verdad) y me dice "misio de mierda, tanto tienes que preguntar para dar unas cochinas monedas", atrás mío una vieja grita "milagro, le ha vuelto la visión, yo sabía que mi San Judas Tadeo no tenía causas imposibles" y un señor que está a su lado y parece ser su esposo la grita: "calla vieja cojuda, no te das cuenta que es un estafador, deja de joder con tus santos o en todo caso pídeles que te lleven con ellos". Toda la gente estalla en risa, vuelvo a ponerme los audífonos y a cerrar los ojos mientras juro no abrirlos hasta llegar a mi destino.

jueves, 9 de julio de 2009

LA VENGANZA

Nunca resignes tu venganza, jamás las olvides, no la des por perdida, no te relajes. Si alguien te jodió, dañó o cualquier cosa parecida, cóbrasela alguna vez. Tarde o temprano llegará el tiempo de hacer justicia por tus propias manos.

Si alguien te jode, jódelo. No pongas la otra mejilla, deja esa tontería para los cobardes creyentes, tú sólo cree en ti y en tu venganza, tu justiciera venganza.

Eso sí, sé paciente, tómate tu tiempo, no te apresures, deja que cada plazo se venza, no desesperes, la paciencia es la mejor aliada de una buena venganza. Puede que tardes uno, dos, diez o treinta años pero la venganza te dará tu oportunidad.

No hagas caso de quienes dicen que la venganza es mala, esos son unos cobardes que no tienen el valor de desquitarse, aléjate de ellos, a su lado sólo tendrás derrotas, humillaciones y jamás justicia, justicia real, no la tonta justicia divina.

Apela a cualquier método para lograr tu cometido, cualquier camino es válido, no desmayes. Si la persona que te hizo daño cree que estás derrotado, deja que siga creyendo eso. Si cree que te mató, finge tu muerte. No escatimes recursos, el fin justifica los medios y los miedos.

Si es posible, finge que lo has perdonado, hazte -una vez- más su amigo, su amante, su servidor, su esclavo. Que se crea que estás de su lado, que crea que eres un tipo que perdona, un pusilánime sin orgullo, es lo mejor, que se crea el poderoso, cuanto más se lo crea, más grande será tu satisfactoria venganza.

Y el día que te toque cobrártelas todas, ese día será tu día. No te compadezcas, no te apenes, no te doblegues, al contrario, envilece tu alma, sé un tipo bárbaro, atroz, maldito, inmisericorde, vengativo, justiciero. No te dejes convencer por sus gemidos ni sus lágrimas, recuerda que alguna vez tú lloraste igual y a él no le importo. ¿Por qué habría de importarte ahora a ti?

Ten presente que la venganza es el camino más largo hacia la felicidad pero el más satisfactorio.

Una vez consumada la venganza, siéntate un tiempo a descansar, te lo mereces, disfruta del triunfo conseguido y quédate seguro que de ese momento en adelante, lo volverán a pensar antes de joderte.

miércoles, 1 de julio de 2009

PALABRA DE DIOS

Nuevamente (y por enésima vez) ha subido un vendedor al carro, pero éste no es un vendedor común y silvestre, no, éste es un vendedor de otra categoría: nos vende a Dios, al Señor, al Todopoderoso, masterizado y digitalizado en sonido envolvente. Nos ofrece unos discos que el jura por Dios es la voz de Dios la que nos habla en ese disco (violando así el segundo mandamiento que nos indica no jurar en vano), claro que no nos explica cómo diablos consiguió que el Señor Todopoderoso ingrese a un estudio de grabación y nos deje para la posteridad ese testimonio y sin más coloca el disco en un aparato y a través de un parlante portátil empezamos a escuchar la voz del Creador (que misteriosamente se parece a la vez que sale en algunos programas del Discovery), así luego que Dios nos empieza a hablar de la madre, el detiene el disco y nos hace una reflexión acerca del tema y sigue en ese plan buen rato: Dios habla acerca de algo y el apuntala el tema con palabras propias, en una de esas que baja el volumen, no se da cuenta que ha subido un conjunto música ambulante a cantar al bus, el manager de Dios le dice que sean más educados, que el señor está hablando pero al parecer los músicos son ateos y se mandan con un alegre ritmo local a punta de charangos, quenas y zampoñas pero eso no parece intimidar al esbirro del Señor que sube más el volumen de su parlante y ahora Dios parece gritar por encima de la música andina y todo eso junto suena ahora a alguna rara mezcla de algún drogado DJ que ha fusionado el folklore andino con la voz del Dios, toda una fumada, una paja, un orgasmo de creación. En esas nos quedamos, Dios grita y los músicos se ponen más frenéticos con sus instrumentos, la gente se ha dividido en dos bandos: los seguidores del Señor y los seguidores la música, unos acompañan con alabanzas a Dios y otros con aplausos a los músicos.

Esta batalla entre el bien y el mal dura aproximadamente cinco minutos, pero como siempre sucede en las películas de ciencia ficción, al final venció Dios. Se impuso la máquina sobre el hombre, el parlante derrotó a los esforzados músicos, que blasfemando, deciden bajar del carro. El amanuense del Señor cae ahora de rodillas y grita ¡milagro¡ y algunos lo acompañan en ese sentimiento de agradecimiento y otros nos lamentamos y odiamos a Dios por ser tan malvado y no permitir que los músicos se lleven unas monedas. Luego de salir del estado casi cataléptico en que cayó por agradecer al Supremo Creador, se pone de pie y nos ofrece por cinco soles un disco de Dios, increíblemente algunos incautos se creen el cuento y compran uno. Cuando llega a mi lugar me ofrece uno:

-Yo no compro a estafadores.
-Blasfemo.
-Estafador.
-Ateo.
-Chupacirios.
-Descarriado.
-Borreguito.
-Mal elemento.
-Huele sotanas.
-Te irás al infierno.
-Después que tú.


Ofendido y sintiéndose Cristo crucificado y moribundo, alza la vista al cielo (en verdad alza la vista al techo del bus) y exclama "Señor, perdónalo porque no sabe lo que hace" y algunos asienten, "te lo pedimos Señor". El tipo se baja, algunos me miran mal y empiezan a abrir sus estuches y se dan con la ingrata sorpresa que están vacíos, que no hay disco dentro, que han sido estafados (una vez más en nombre del Señor). La señora de mi costado, que todo el tiempo me ha mirado como quien mira al demonio, ahora está avergonzada y me dice

-Me estafó, cómo voy hacer para escuchar a Dios.
-No se preocupe, Dios es muy grande y capitalista y está en todos lados, seguramente mañana mismo manda otro vendedor a que le venda otro disco.

Me mira con ojos de demonio y se persigna. Yo cierro los ojos y me regocijo de todos los que creyeron que Dios les hablaría alguna vez (y por un disco)