jueves, 31 de julio de 2008

COMPLICES

Voy a buscar un amigo, tenemos una cita de trabajo, él labora en un banco, es un edificio nuevo y moderno, de los que últimamente han invadido Lima. En la recepción pregunto por él, me piden mi DNI, me dan un pase y me informan que suba hasta el piso 25, esa es su oficina. Busco un ascensor, entro con las justas, ya la puerta casi se cerraba. Somos 8 personas dentro, en la subida se van bajando algunos en los distintos pisos. Cuando sólo faltan 3 pisos para llegar mi destino se detiene de una manera brusca, queda a oscuras, contengo la respiración, siento miedo, trato de calmarme. Ahora somos 4. Escucho la voz de uno de ellos:

-Calma, debe ser algo momentáneo.
-Seguramente, estas cosas suelen suceder,
digo yo sin creerme ni media palabra.

Han transcurrido varios minutos y no hay señales que el ascensor vuelva a funcionar, la tensión aumenta, una chica sugiere que llamemos a los bomberos, una señora dice que no seamos tan desesperados. Sacamos nuestros celulares pero es absurdo, no hay señal ahí y el único que tiene señal no tiene crédito. Maldigo a la Telefónica.

-Sería bueno que nos presentemos, sugiere la misma anónima voz que pidió calma.

Todos guardamos silencio, nadie se anima, pienso que es el último lugar para socializar. Dan el primer paso:

-Soy Claudia, trabajo acá en el banco, soy sectorista.
-Yo soy Matilde, vine a dejar unos encargos que mi jefa se olvidó.
-Pues yo soy Manuel, Manolo para los amigos, trabajo en una aseguradora.


Es mi turno, no sé qué decir, tengo deseos de mentir.

-Soy Diego, vine a buscar un amigo y me quedé atrapado igual que ustedes.

Decido sentarme, ya ha pasado cerca de una hora y me siento cansado, casi al instante todos hacen lo mismo, Claudia dice que quiere fumar, yo secundo su deseo, Manuel dice que él no fuma y que éste es un lugar público, por lo tanto está prohibido, le preguntamos a Matilde, ella dice que le da igual, que a su edad nada le hace daño, decidimos que es mayoría. Claudia saca una cajetilla, me invita uno, siento que ese cigarrillo me calma la ansiedad, Manuel no deja de quejarse.

Sigue transcurriendo el tiempo, ahora hace calor, me saco la chaqueta, Manuel hace lo mismo y bebe agua de una botella, no le ofrece a nadie y se termina el agua. Claudia se echa aire con unos papeles, Matilde se ha quedado dormida y empieza a roncar, es un sonido tétrico, como si se ahogara, luego habla dormida:

"No señora, le juro que no es mi culpa" , "como no te mueres vieja maldita", "ahora vas a saber lo que es bueno", "amargada, lo que te falta es que te tire un burro arrecho".

No podemos evitar reír, nos interrogamos a quién se referirá. Claudia nos dice algo:

-Tengo ganas de orinar.

No sabemos qué hacer, el espacio es reducido, le digo que aguante - ya nos sacaran- me dice que no puede aguantar mucho. Suena realmente desesperada. Cojo la botella vacía de Manuel y se la alcanzo:

-Prueba tu puntería.
-Siempre fui mala con el tiro al blanco.

Claudia no pide que volteemos, se baja el pantalón y la ropa interior con total naturalidad, pone la botella bajo su vagina y suelta la orina, a pesar de la falta de luz se puede distinguir claramente. Veo que no derramó nada.

-Felicitaciones, veo que mejoraste la puntería.
-No podía defraudar a mi publico.
-Que cochinos,
tercia Manuel.

Matilde despierta, pregunta por ese olor tan fuerte , Claudia se ríe:

-Soy yo que he meado mientras usted hablaba dormida.
-Jesús, María y José ¿hablé dormida? Ay dios mío, qué cosas habré dicho.

Manuel le recuerda algunas frases, Matilde se disculpa, Claudia le pregunta a quién se refería.

-A nadie señorita.
-Ya pues Matilde, yo no soy cojuda, cuentanos.
-¿Cómo se le ocurre?

De pronto Claudia propone algo:

Contemos todos un secreto, uno que en verdad lo sea, que sólo quede acá, dentro de este ascensor. Manuel guarda silencio, Matilde acepta divertida, yo me resigno. Claudia es la primera en animarse:

Tengo una hija de 6 años que se llama Sofía y un novio al cual detesto, solamente estoy con él porque sé que va heredar un buen dinero de parte de su padre, lo detesto tanto que lo engaño con su propio hermano, la sola idea de cagarlo y joderlo me agrada demasiado como para dejarlo.

-¿Por qué lo detestas tanto? pregunta Manuel.

Es el ser mas antipático del mundo y encima tiene una horrible costumbre: Comerse tres cebollas enteras todos los días, las pela y se las come sin más, como si fueran manzanas, todo el día huele a cebolla, su aliento es nauseabundo, por él odio las cebollas, por su dinero es que voy a casarme con él: Tomar ese dinero que va heredar y asegurar el futuro de mi hija, no quiero que Sofía tenga que soportar un malnacido que apeste a cebolla todo el día.

Nos quedamos pensando, trato de no imaginar a su novio tragándose las cebollas, siento que ahora también las odio yo.

-Bueno es mi turno, dice Manuel.

Hace 10 años trabajaba en una fábrica de cocinas, en el turno de noche, tenía un compañero muy divertido, él trabajaba en otra sección, pero todas las noches venía donde yo estaba y conversábamos sobre varias cosas. Un día vino muy enojado, me dijo que yo lo había acusado con los jefes, que les había dicho que él dejaba su puesto y se venía al mío a vagar, a dormir, le dije que era mentira, porque en verdad yo nunca lo acusé. Él no me creyó, me dijo que era un hipócrita y me empujó, me insultó, luego me escupió a la cara , no soporté más y lo empujé, se tropezó con unas cajas que habían detrás y se golpeó la cabeza, pensé que bromeaba, luego que se había desmayado de verdad, no supe qué hacer, intente reanimarlo, luego noté que no respiraba, que había muerto, me asusté mucho, lo cargué y lo deje en su sección, luego volví a la mía y no dije nada. Al día siguiente en la mañana llego su reemplazo y lo encontró ahí tirado, se alarmó, llamó a seguridad, llegó la policía, nadie había visto nada, concluyeron que había sido un accidente, que quizás resbaló o se quedó dormido. Recuerdo que acudí a su velorio, que luego de eso nos redujeron las horas de trabajo. Nunca nadie supo que yo lo maté.

Ninguno de nosotros se sorprende, tampoco duda de la veracidad de su relato. Ahora es Matilde quien empieza hablar:

Trabajo de doméstica en casa de una señora, usted la debe conocer señorita Claudia, es doña Graciela, es gerente de recursos humanos, el asunto es que es una persona muy mala, nunca me paga mi sueldo completo, no me da permiso para salir los domingos, siempre me está gritando e incluso me acusa de que le robo sus cosas, la vieran a la vieja: todos los fines de semana se emborracha y empieza gritar ¡Rubén! ¡Rubén! Como una loca, no se quién es el maldito Rubén pero ella se pone mal por ese tipo, luego me llama y pide que le diga que es bonita, que ella no se merece ser abandonada, yo se lo digo nomás para que no me joda la patrona. Luego ya se queda dormida en cualquier lugar de la casa, pero yo me vengo todos los días: Le cocino y en las noches cuando va cenar escupo su plato, trato de escupir lo más fuerte que pueda, incluso una vez mezclé una cucaracha en su comida, como la vieja estaba tan borracha ni cuenta se dio. Ahora estoy averiguando con qué la puedo envenenar de a pocos, sin que lo note, quiero que sufra primero.

-Es tu turno, me arrincona Claudia.

En mi familia todos creen que trabajo, pero éso es mentira, no trabajo, me dedico a robarle a la gente que retira dinero del banco, justamente por eso estaba acá, había venido a ver a mi contacto, por si no lo saben trabajo con alguien directamente del banco, cuando un cliente va hacer un retiro fuerte de dinero, él me manda un mensaje en clave al celular, luego intercepto a la victima, le pongo una pistola en la cara, se mea del miedo, me da todo su dinero, lo amenazo con matarlo si me denuncia. Espero unos días que se calme el asunto y le doy a mi contacto la parte que le corresponde, justo a eso venía ahora, a darle su parte.

Me miran con curiosidad, Matilde me pregunta si es qué no quiero asaltar a su patrona, Claudia me propone secuestrar a su novio y compartir el rescate, Manuel me dice si es qué necesito un socio que me lave el dinero. Agradezco tantas muestras de cariño y digo que no, que por ahora todo está bien así. De pronto se encienden las luces, el ascensor empieza a moverse, llegamos al primer piso, abajo nos espera personal de seguridad del banco, nos preguntan si estamos bien, decimos que si, Claudia le da la botella que meó a uno de ellos: "Toma , de recuerdo" y se va, lo mismo hacemos los demás: Nos vamos sin decirnos nada , sin despedirnos, sabemos que nunca olvidaremos este día, que todos tenemos un nuevo cómplice de nuestros secretos.

jueves, 24 de julio de 2008

UNA NOCHE

Hoy es sábado, he quedado en encontrarme con Mario a las diez de la noche en un bar del centro, como no tengo dinero le pido a mis padres unos billetes, me lo dan a regañadientes, justo cuando me voy alcanzo a oír que mi madre dice: Ya tienes 19 años, deberías buscarte un trabajo. Llego al bar, ahí esta Mario con una cerveza, me mira.

-Puta madre huevón, toda la vida te demoras un culo.
-Ya mierda, tanta bulla, chupa y no jodas.
-No jodas tu pajero.
-Puta ¿a los cremas?


Pedimos dos cervezas más, conversamos sobre nuestras vidas, me cuenta sus planes.

-Estoy pensando en meterme a la bolsa.
-A la de basura será.
-Ya ves uno te habla en serio y tú la cagas.
-Pero eso de la bolsa son huevadas, tienes que hacer algo más práctico.
-¿Algo cómo qué?
-No sé, ahora mismo no se me ocurre nada, sólo quiero emborracharme.


Transcurre la noche entre cervezas y cigarros, al rato entran dos chicas acompañadas de un chico, se sientan, empiezan a beber, Mario las mira lascivamente.

-Que tales piernas de esa chola.
-Si causa, esta para hacerle el helicóptero.
-Claro, con todo y hélice.
-Con todo y piloto.


Reímos de buena gana, pedimos más cerveza,empiezo a marearme, le pido a Mario que me dé la coca, me la pasa debajo de la mesa, voy al baño y me meto unos tiros, siento como se me pone fría la nariz, duros los dientes y mis ojos a punto de explotar. Regreso y se le devuelvo, se para, va al baño y al rato regresa todo duro. No podemos hablar, sólo bebemos, pasan unos minutos y nos baja el efecto, empezamos a reírnos nuevamente.

-Puta causa la melcocha esa me ha cagado el cerebro
-Ya veo, aunque tu tienes la cabeza cagada de nacimiento.
-Nada huevón, encima la chola esa que me denguea.
-¿Tanto así?
-Claro ¿no la viste bien?
-Si pero no sé....
-Carajo me ha puesto en celo.
-Tú vives en celo.
-Si pero hoy estoy mas alunado que nunca, hay que llamar a alguien.
-No sé.


Dudo de la propuesta de Mario, no creo que logremos enganchar a nadie esta noche pero igual le sigo la corriente, no tenemos nada que perder. Saca su celular, me muestra la agenda, repasamos nombres:

-¿Qué te parece Mayra? me pregunta.
-¿La enana esa?
-No pasa nada ¿no?
-Ni cagando, es recontra enana y esas patitas tipo sillón que se maneja desaniman.
-Ésta puede ser ¿te acuerdas de Mónica?
-No jodas, esa comadre es más fea que patearle la barriga a un ciego.
-Si tienes razón, ni borracho me la tiro, entonces ¿qué dices de Giovanna?
-Estás loco, esa cojuda esta mas quemada que la mierda.
-¿En serio?
-Firme ¿no sabes como le dicen?
-No ¿Cómo?
-"Bandera americana".
-¿Por qué?
-Porque la clavan hasta en la luna.

Dicho esto nos ha dado un ataque de risa, luego caemos en la cuenta que no conocemos a ninguna chica, que toda la vida fracasamos con ellas, entonces me lanza otra propuesta:

-Vamos un burdel carajo.
-No jodas, no me quiero quemar.
-Te pones un condón pues imbécil.
-Nada loco, esas putas así te pongas cien juntos igual te pegan algo.
-Vamos causa, no dejes solo a tu pata de mil batallas.
-Todas perdidas huevón.

Termino por aceptar su propuesta, secamos las cervezas, salimos y tomamos un taxi, le pedimos que nos lleve al centro, ahí funciona un burdel que Mario conoce. Cuando estamos cerca le pido la coca, me agacho y me meto unos tiros, ya no me hace el mismo efecto, sólo siento que me da valor. Bajamos y tocamos un timbre, se escucha una voz que parece salida de una película de terror:

-¿Si?
-Venimos por el servicio.
-¿Que servicio joven?


El servicio militar vieja cojuda. Murmuro.

-El de sus amiguitas doña.
-¿Cómo así llegaron?


En taxi pues vieja cojuda.

-Nada doña yo ya he venido antes.
-Ya, adelante.


Se abre la puerta eléctrica, entramos, es un edificio pintado de verde, todas las puertas están enrejadas. Sólo se escucha el sonido de un grillo, subimos la escaleras, llegamos al quinto piso, tocamos otro timbre, nos abre un policía, Mario lo saluda burlonamente.

-Mira Jimmy, te presento al Sargento Cachiporra.
-Hola Sargento ¿hoy le toco servicio acá?
-Ya ya no seas batidor sobrino, que horita te aplico la ley de la cachiporra.
-Tranquilo jefe, sólo es una bromita.


Damos unos pasos más y terminamos frente de la "mami" del burdel. Es una vieja inmensa, se echa aire con un abanico mientras fuma unos cigarros que apestan.

-A ver jóvenes, están arrechitos, seguro se quieren sacar el taco.
-No, hemos venido a ver si nos presta el último libro de Orhan Pamuk.

-Cállate, discúlpelo doña, es que mi amigo está emocionado, es su primera vez.
-Ya ya, poco floro mocosos, son 50 soles por treinta minutos o 100 la hora, tengo chicas blanquitas, morochitas, chinitas……
-Puta madre tía, mejor muéstrenos la merca.

La vieja me mira desafiante, hace un gesto y aparecen como por arte de magia un grupo de chicas, las miro bien: La mayoría debe tener mi edad, todas vienen en ropa interior, Mario se muere de la risa, escoge a una, le da el dinero a la vieja y se marcha, ella me vuelve a mirar con furia.

-Escoge una pues papito, no tengo toda la noche para esperarte.
-Ok, me quedo con ella.

Escojo la que me queda más cerca, empiezo a caminar y la tía me detiene.

-¿Dónde crees que vas?
-A rezarle un rosario a la virgen ¿se supone que voy a tirar no? ¿o acá se viene a jugar palitos chinos?
-Primero se paga pues papito, plata en mano chivato en pampa.
-Ya ya toma.
Saco un billete y se lo doy.

La chica me lleva hacia una habitación, antes le pido pasar por el cuarto donde está Mario, le toco la puerta y me abre, está desnudo, se muere de la risa (todo el tiempo ríe), le pido la coca, me la da. Me marcho, entro al cuarto, le pregunto su nombre.

-Katyboom.
-¿Así te llamas?
-Es mi nombre de guerra pues.

Me saco la ropa, ella se saca lo poco que trae encima, nos echamos en la cama, me empieza a besar el cuerpo, me masturba, pero nada, no se me pone dura, me siento avergonzado, le digo que voy al baño, ya vuelvo. Saco la coca de mi pantalón, me meto al baño, abro la llave del agua, me meto unos tiros pero siento que es poco, así que decido merterme más y más, no pasa ni un minuto y me siento durísimo. Mierda estoy todo duro y ni así se me para. Salgo del baño, ella esta desnuda en la cama.

-¿Nada aún?

Quiero decirle que no, que me la chupe, pero no puedo hablar, la coca me ha cagado totalmente. Me echo en la cama, ella vuelve a hacer el intento, insiste y me hace doler, le aparto la mano, me dice que qué carajo me pasa.

-No me pasa nada.
-¿Y por qué no cachas pues?
-Porque no puedo, nunca me han provocado las putas.
-¿Entonces a qué mierda vienes?
-Éso mismo me pregunto yo.
-Ya, no te preocupes.

Se echa a mi lado, me abraza, siento que es sincera, la abrazo y me siento bien. Nos quedamos un rato en silencio, luego nos tocan la puerta.

-Ya termino el tiempo papito.

Me levanto y me visto, le digo que por favor no le cuente a nadie, me dice que no me preocupe, que cuando quiera venga y nos abrazamos.

Salgo y veo a Mario feliz.

-¿Qué tal?
-Ahí bien, la he dejado inflamada a la pobre.
-Ese es mi Jimmy, sabía que no me iba a defraudar.
-Y tú, ¿qué tal?
-Carajo, la he dejado muerta, un poco más y me devuelve mi billete
.

Salimos, el Sargento Cachiporra nos da una tarjeta, la leo, está su nombre, un numero de teléfono, dice que ofrece servicios de seguridad "y más". sonrío, le digo que cualquier cosita lo llamo. Ahora parados afuera le pregunto si tiene para el taxi.

-Nada causa, ese polvo me ha dejado misio.
-¿Y tú?
-Ni un peso.
-Ahora ¿qué hacemos?
-Caminar nomás.

No nos queda otra, regresamos caminando, al rato me confiesa algo, dice que no pudo tirarse a la puta.

-No se me paró causa.
-A mi tampoco huevón, ya te había dicho que con putas no puedo.
-Si, somos unos huevones.
-Al cuadrado.
-Claro.


Nos vamos en silencio, derrotados, mientras pienso que nunca en mi vida he pagado tanto para que una puta me abrace.

jueves, 17 de julio de 2008

BACKSTAGE

Amores perros: Regresando un día tarde por la noche me encontré con un perro en la puerta de mi casa, lo terminé adoptando temporalmente y un día pareció su dueña y el muy cabrón me dejó sin más ni más. Historia casi fiel a la realidad. “Capone” fue la propuesta de Carmen, está pendiente el nombre.

Drente: Iba de regreso en un micro rumbo a mi casa y en el reproductor tenía sintonizado un programa deportivo que hablaba de un jugador holandés del Real Madrid: Drenthe (le quité la H para el relato), el nombre me pareció excelente para una historia, tenía el título, la historia era lo más fácil.

Ya no: MI amiga Yvonne había decidido hacer otros viaje más huyendo de sus penas(como si eso fuera posible) yo me llené de cólera, le escribí un correo, me gustó mucho, lo guardé y decidí publicarlo.

Regalo querías: Recordé una antipática chica de un antiguo trabajo y sus odiosas jornadas de “intercambio de regalos”. Lo escribí en puro plan de venganza.

Utopía: La historia es tal cual, mi sueño fue tan real, la llamada existió. Tan cierto que nunca me la creyeron.

Señor abogado: Acababa el 2007 y tenía que ir casi a diario donde un odioso abogado que se alucinaba el máximo tribuno mundial. Mientras me hablaba en términos rebuscados yo deseaba que venga un temblor o un incendio y acabara con su “estudio”, a los días se incendió, a los días me sentí vengando, a los días creí en los milagros de navidad.

SEÑOR ABOGADO

Ayer en la madrugada mientras los limeños dormían el sueño de los (in)justos se produjo un hecho que apenas llamo la atención de unos cuantos insomnes ciudadanos: Un incendio en un antiguo inmueble ubicado en el centro histórico de la ciudad, donde al parecer funcionaba un estudio de abogados, aunque según las primeras pesquisas de las autoridades competentes se sospecha que podría haber sido un clandestino museo de orden jurídico, esto se desprende debido a la antigüedad de los libros (muchos de ellos del siglo 19) y el avanzado estado de deterioro de los enseres que pudieron ser rescatados de entre las feroces llamas. Luego de sofocado el mismo se apersono al lugar un extraño personaje ataviado de una toga de juez y resinoso aspecto que al ver reducido a cenizas casi todo el inmueble sufrió un repentino ataque de locura y empezó dar una especie de discurso jurídico, incluso citando algunos oscuros y rebuscados artículos de lo que sería el código procesal civil de Burkina Faso. Ante el desconcierto de los primeros curiosos que empezaron a asomar atraídos por sus desaforados gritos la policía decidió detenerlo y trasladarlo a un centro de salud mental. Al cierre de esta edición se sabía que el individuo seguía dando sus extraños discursos y afirmando ser un jurisconsulto de primer orden mientras los médicos discutían un diagnostico para tan extraño caso. Los mantendremos informados.

Relato salvaje y venenosamente dedicado al zarrapastroso y pezuñento abogado que obligado por las circunstancias de la vida he tenido que visitar estos días, pero no sólo visitar, sino también padecer soportando sus engolados discursos en los que citaba incluso algunos perdidos artículos de la constitución de Albania, sus antipáticas poses de juez de la Corte de La Haya y, como si ya todo esto no fuera suficiente martirio, tragarme el polvo infecto de sus libros que salía despedido cada vez que sacaba uno de sus vetustas vitrinas. No sabes cómo deseaba, mientras me envenenabas los pulmones, que se incendiaria tu cochambroso localcito. Hoy me enteré la noticia: Se incendio tu charcheroso "estudio". Deseo concedido. ¿Quién dijo que en Navidad no hay milagros? Que poca fe, que poca fe.

Lima, 13 diciembre 2007.

miércoles, 9 de julio de 2008

UTOPIA

Es tu cumpleaños, te llamo, te digo para salir a tomar algo, me dices que no, ayer estuviste con unos amigos, hoy estas muy cansada, insisto, terminas por aceptar, me dices que estás donde tu madre, que pase por ahí.

Llego donde tu madre, sales, te veo y me gustas mucho, me provoca molestarte con tu escote, pero no quiero incomodarte, no deseo hacer mas bromas el día de hoy. Te pregunto dónde ir, que yo no conozco esta ciudad.

-Vamos a un bar donde siempre voy con mis amigos.
-Vamos.

Llegamos, es un lugar oscuro, la música es agradable, pedimos algo para beber, me cuentas de tus amigos, que hicieron en tu cumpleaños, me río de buena gana, casi no hablo, sólo escucho absorto todas las historias que me cuentas. El alcohol me empieza hacer efecto, me provoca bailar ahora mismo.

-¿Vamos a bailar?
-No, a mi no me gusta bailar, menos que me pidan hacerlo.

Me siento rechazado, me paro, voy a un rincón del bar y me pongo a bailar solo, con los ojos cerrados, me encanta sentirme así, imaginar cosas. Al rato abro mis ojos y estás bailando de espaldas a mí, me gusta verte así, haciendo esa danza lenta y sensual, quiero tocarte pero decido no hacerlo, detestaría arruinar ese momento mágico.

La música se detiene, regresamos a seguir bebiendo, ahora me encuentro más animado, nos contamos mil cosas, recordamos la vez que nos conocimos, las veces que me dejaste de hablar, las veces que nos quisimos a escondidas. Ya es tarde, me dices que tenemos que irnos, te confieso algo:

-Quiero dormir contigo.
-No.
-¿Por qué no?
-Porque eres un pervertido.
-Lo acepto, pero esta noche no quiero serlo, sólo quiero dormir abrazado a ti.
-Bueno venga, pero solo porque estoy sensible.

Llegamos a tu casa, me pides no hacer bulla, que si tus padres o tu hermano se dan cuenta seguro se hace un escándalo, entramos a hurtadillas a tu habitación, siento como si ya hubiera estado ahí contigo antes. Nos echamos en la cama, te abrazo, me dices algo, pero no te escucho, solo estoy feliz de estar abrazado (aferrado) a tí en tu cama.

-Sueña conmigo, me pides.
-¿Qué otra cosa podría soñar sino es contigo?

Nos dormimos abrazados, duermo feliz, me despiertas al rato, me preguntas si he soñado contigo, sólo sonrío, me lo vuelves a preguntar y te digo que si, no me crees, te enojas, te separas de mi, me das la espalda y te vuelves a dormir. Te contemplo feliz y también vuelvo a dormir. Me levanto nuevamente, estiro mi brazo buscándote pero no estás, me sobresalto, pienso qué hacer, decido ir a buscarte por la casa, bajo en silencio. Suena mi celular. Maldigo mi suerte, en qué momento vienen a sonar. Contesto, eres tú:

-Hola ¿te desperté?

Caigo en la cuenta que estoy en mi cama, que nunca te vi, que no dormí contigo, que todo fue un sueño.

-Si, me despertaste, gracias.
-¿Soñaste conmigo?
-Jajajajaja.
-Que no te rías, dime si soñaste.
-Si ¿en quién más iba soñar?
-No te creo, eres un mentiroso, dime ¿qué soñaste?
-Sólo te digo que soñé.
-Ves que me mientes.
-No lo hago
-¿Qué soñaste?
-Si te lo cuento no me lo creerás.
-Eres un mentiroso, no te creo nada.

Cuelgas bruscamente, te has enojado, me quedo pensando en tí, en que si te contara mi sueño igual no me creerías, te imagino a mi lado, siento que te quiero como nunca, que me haces feliz y que te extraño demasiado, que esta vida no me va alcanzar para extrañarte.

viernes, 4 de julio de 2008

FUERA MISTER BUZZZZZZ

El tiempo pasa volando.


martes, 1 de julio de 2008

REGALO QUERIAS

Es la hora punta en la oficina, el trabajo se acumula, los teléfonos no paran de sonar y la gente de ir de un lugar a otro, de pronto se escucha, en medio de esa batahola, una vocecita chillona, crispante, todos volteamos tratando de identificarla, de ver de dónde viene: Es Sofía, la regordeta, sobona y odiosa secretaria del jefe (algunos dicen que es su amante, pero viéndola bien habría que estar muy desesperado para siquiera darle un beso) es la eterna organizadora de cuanta fiesta, gincana, kermés, pollada, velorio, orgía, partido o "encuentro de confraternidad" se pueda hacer en la oficina:

Como ustedes saben chicos y chicas se aproxima la próxima navidad y cómo ya es tradición en esta prestigiosa empresa se va realizar un intercambio de regalos, acá tengo unos papelitos con los nombres de todos ustedes chicos y chicas, así que cada uno pase por delante mío y coja uno y ya saben, no sean duros y compren un buen regalo, piensen bien en el otro chico o chica que les toca regalar, el intercambio se realizará dentro de dos días.

Hacemos una fila que avanza lentamente, nadie desea eso, menos yo que toda la vida he odiado esas cosas, encima la gordita me cae especialmente mal, es más jodida que una pulga en el culo. Mientras van cogiendo sus papeles los abren y hacen algún comentario burlón o sexual, ahora es mi turno, estoy frente a Sofía, la veo bien y siento repulsión, esta excesivamente maquillada y trae encima un perfume de puta vieja, cojo mi papelito y me voy raudo de su lado, lo abro, leo el nombre: "Sofía", siento que la vida me hace un regalo cruel, juro venganza: Te jodiste gordita, regalo quieres, regalo te voy a dar conchatumadre.

Salimos del trabajo, mientras manejo pienso en un regalo que la joda, que la humille, que la haga sentir realmente mal, que se le vayan las ganas de volver a organizar algo. El semáforo me detiene en una esquina, viene un niño a ofrecerme libros, otro me ofrece discos y uno más me da un volante: "Sex shop Gitanos, lo ultimo en productos para satisfacer a su pareja, venga y visítenos sin compromisos", se me ocurre un plan- guardo el papel-llego a mi casa-ceno-me acuesto soñando con mi venganza.

Al día siguiente en el trabajo me cruzo con Sofía que me mira y tratando de hacerse la graciosa me dice: "Uy , quien será la afortunada guapo, espero que ya hayas elegido un buen regalo", luego de esto me lanza un beso volado, la miro y pienso: Regalo quieres, regalo te voy a dar conchatumadre.

Salgo de trabajar, manejo no rumbo a mi casa si no al sex shop, llego y me atiende una chica guapa y coqueta.

-¿Qué desea joven? Pregunte sin compromiso.
-Estoy buscando un regalo para mi novia.
-¿De qué tipo?
-Un vibrador para ser precisos.
-Pase por acá.

Me lleva por un estrecho pasillo, mientras camino veo los mostradores: Ropa sadomasoquista, condones de lo mas variados, películas y revistas pornos, muñecas inflables a la espera de algún insatisfecho.

-Mire éste.

Me alcanza un falo de utilería, lo miro con curiosidad, le pregunto el precio:

-Veinte dólares.
-No tiene algo digamos ¿más especial?

La vendedora me mira con ojos expertos, se dirige hacia otro mostrador, busca uno nuevo, está detrás de un plástico, lo saca y me lo muestra mientras dice las bondades del juguetillo que ahora tengo en mis manos (y agradezco no tener en otro lado):

-Este es un doble estimulador: trabaja a la vez la vagina y el clítoris, tienen un grosor de seis centímetros y un largo de veinte, tiene varias velocidades y viene con un juego adicional de baterías doble AA.

Me ha dicho todo esto como quien me ofrece un novedoso artefacto para la cocina, sonrío, le pregunto el precio:

-Cincuenta dólares de satisfacción garantizada.
-Hecho.
-¿Se lo envuelvo para llevar o se lo lleva puesto?
bromea ella.
-Envuélvamelo, tengo que manejar y seria muy incomodo llevarlo puesto

Nos reímos, cancelo, recojo mi nuevo aliado y voy a casa. Ahí lo meto en otra caja, lo forro con papel regalo, trato de disimularlo todo lo que sea posible. Llega el día siguiente, nunca he deseado tanto ir a trabajar. Pasan las horas, ahora es el momento de los regalos, Sofía con su chillona voz nos llama a todos:

Bueno chicos y chicas llego el tan ansiado día por todos nosotros, ahora quiero que cada uno diga el nombre del chico o chica que le tocó y que diga a su vez en que se inspiro para el regalo.

Así transcurren los minutos, se observan distintos regalos: Desde camisas, corbatas pasando por un lapicero hasta llegar incluso a un loro. Es a Mariana, la sexy contadora a quien le toca regalarme algo, ah tenido buen gusto y me obsequia el más reciente libro de mi autor favorito, le doy un beso como agradecimiento.

Me he colocado estratégicamente al final, quiero cerrar con broche de oro este estúpido intercambio. Es mi turno, no queda nadie más, todos me miran curiosos, Sofía trae cara de desesperada, ella ha sido la más entusiasta en celebrar todos los regalos. Respiro hondo, doy un paso al frente, quiero disfrutar cada segundo de mi venganza:

Bueno. como es evidente me ha tocado el alto honor de ser el privilegiado que le entregue un regalo a nuestra querida y admirada Sofía, al ver el tesón, esmero y puntualidad con que trabaja todos los días no pude dejar de notar que es lo que le faltaba, así que hago entrega de este humilde pero significativo regalo, que estoy seguro sabrá usar, cuidar y valorar como nadie, feliz navidad y seguro muchas noches buenas de ahora en adelante.

Termino de hablar y me aplauden, Sofía está llorando de la emoción, me acerco a ella, le doy el regalo, le digo al oído: "Regalo querías, regalo te doy", beso su mejilla, me siento Judas. Lo abre desesperada, la observo con calma, siento placer al ver como se va desdibujando su sonrisa, quiere huir del lugar, termina de sacarlo, lo mira desconcertada, primero hay un silencio sepulcral, hasta que alguien dice "le diste al blanco", otro agrega "mierda, tremendo pichulón", luego todos ríen y festejan mi audacia, Sofía llora de cólera, Mariana pasa por mi lado y me susurra: "Cuando quieres papito, cuando quieras". Su aliento me excita, me siento recompensado, el intercambio termina bruscamente, pasa un rato más y salimos de trabajar.

Voy a casa, me siento extrañamente feliz a pesar que se que al día siguiente no me espera nada bueno.

Al otro día llego a trabajar , está noche es navidad y mañana nochebuena, el vigilante me impide ingresar, como era de esperarse estoy despedido, me doy la vuelta, subo al carro, manejo y pienso: "Regalos querías, regalo te dí conchatumadre, feliz navidad".