jueves, 2 de octubre de 2008

REYES MAGOS

Hoy junto con Yvonne hemos ido a visitar a una amiga que acaba de tener un hijo, en el camino le compramos algunos regalos (unos ropones, sonajas y unas sandalias minúsculas para el verano), luego, mientras maneja me cuenta que le asusta tener un hijo, de sólo imaginárselo y ante el temor de quedar embarazada es capaz de no volver a tener sexo nunca más, claro que luego empieza a enumerar las bondades de su más reciente novio y decide correr el riesgo.

Cuando llegamos a la casa de Sandra (que ojala jamás lea esto) entramos y lo primero que nos llama la atención, cómo si fuéramos entrar algún templo oriental, es que nos pide nos saquemos los zapatos y los dejemos en una especie de recipiente similar a los que hay en los juegos donde los niños tienen que subir sin ellos. Eso nos causa un mal presagio, luego nos dice que esperemos un rato, el bebé aún duerme, ante nuestra común intuición optamos por decirle que no se preocupe, que le dejamos los regalos y otro día volvemos, ella nos dice que cómo se nos ocurre si ya estamos ahí.

Ha transcurrido mas o menos media hora de una insufrible charla: Sandra nos ha contado como es que no puede darle bien de lactar bien a su hijo y ha tenido que usar un aparato especial para succionarse la leche de los senos y como si fuera poco nos hizo "una demostración" ante la cual tuve que disculparme he ir al baño para que no vea el ataque de arcadas que me dio. Cuando regreso veo que Yvonne está azul de las nauseas pero salvadoramente aparece Hilda, la niñera del bebé que lo trae en brazos y, para mayor paranoia nuestra, tiene puestos unos guantes quirúrgicos.

Nos acercamos encantados a él (más de agradecimiento porque nos libró de esa horrible charla que por la ilusión de verlo) pero cuando voltea no podemos evitar hacer una mueca de sorpresa: Es feísimo, y no es feo como los bebés cuando nacen y están medio hinchados, este está condenado a serlo toda su vida. Evidentemente fingimos y lanzamos las clásicas frases aduladoras: Que bonito, es igualito a tí, que gracioso, tiene la nariz de....", parece que quiere hablar y demás mentiras habituales.

Entregamos, cual Reyes Magos (pero si incienso, mirra y menos oro) nuestros regalos y huimos de ese niño que al parecer también nació en un pesebre, pero que se incendio ni bien vio la luz. Una vez en la calle tenemos la sensación de haber salido de la casa el terror, de haber apreciado en vivo al último hijo de "La Familia Monster". Mientras enciende el auto me dice:

-Por Dios, que feo ese niño ¿se le incendio la cuna o qué?
-Parece un Critter.
-¿Critter? Parece el hijo negado de Chucky.
-Encima lo cargan con guantes.
-¿Y quién va cargar eso sin unos?
-Pero la loca es “Sandra ¿qué diablos tiene para hacernos pasar sin zapatos? ¿qué mierda alucina? ¿qué su híbrido es el hijo de Buda?
-Se volvió loca, creo que el impacto de ver a su hijo tan feo la quemó.
-El impactado soy yo, encima tuvimos que decirle todas esas huevadas, que lindo y demás porquerías.
-Y ella que decía "si, si es lindo, salió a mí", me daba ganas de decirle que no, que ella si es bonita, ya nunca quiero tener un hijo, es definitivo, eso fue una señal del destino.

1 comentario:

Meg dijo...

Uyyy pss este coincido contigo jajaja quizas por eso aun no me decido jejeje pero pss cada quien no.


Contestando tu comentario dejame decirte q es muy cierto por eso ahora tratare de ganar el control jejeje.


Saludos y Gracias por la visita.