martes, 6 de mayo de 2008

SANGRE

-Pobre de ti que te portes mal delante de todos.

Mi madre me acaba de amenazar mientras me peina, hoy vamos a ir a casa de tus abuelos, es una hacienda inmensa, tiene una piscina y mucho campo libre, pero nada de eso me entusiasma, sólo quiero verte. Nos subimos al auto, mientras maneja, mi padre me va contando de tí. Que ayer te vio, que estás grande, que ya cumpliste ocho años. Cuando estamos cerca el corazón me empieza a latir con violencia, me pongo ansioso.

-Hola ¿cómo han estado? tiempo que no venían, se les extrañaba. Tu madre ha salido a recibirnos.
-Si pues, ya sabes que con el trabajo no hay mucho tiempo.
-Y tu hijo ya está grande, a ver dame un beso papito.

Beso a tu madre en la mejilla, ella me hace cariño, te llama pero tú no apareces, luego me dice que estás detrás de la casa, que vaya, que te busque, que juegue contigo. Camino hacia donde estás, tengo las manos en los bolsillos y la cabeza gacha. Te veo y me quedo parado, no me atrevo a hablarte, te observo callado: estás jugando con unas arañas, las haces pelear entre ellas, de pronto volteas, me miras, me pongo rojo, te arreglas el flequillo, te pones de pie, aplastas las arañas, me saludas:

-Hola.
-Hola.
-¿Recién llegas?
-Si.
-Ven vamos, te quiero enseñar algo.


Me coges de la mano, las tuyas están calientes, las mías sudan, de pronto aparece tu hermano menor, el miedo me paraliza, se me acerca, me da un empujón, me dice qué por qué vengo, que si traigo dinero, me empieza revisar los bolsillos. Coges un trozo de madera del piso y lo golpeas en el culo, el da un salto, le gritas:

-¡Deja de joderlo !
-Le voy a decir a mi mamá.
-Si le dices te pego peor.

Se queda callado, se soba el culo, esta rojísimo, me mira con odio, yo no sé qué hacer. Vuelves a tomar mi mano:

-Te voy enseñar el "camino secreto".

No me opongo, pienso que contigo iría a cualquier lado. Empezamos a caminar, me parece que la hacienda es más grande de lo que recordaba, llena de árboles, en el camino vemos muchas ratas, de pronto aparece una serpiente, le avisas a tu hermano, él la toma entre sus manos y la mata, me quedo impresionado, festejas su valor. Seguimos caminando, el camino se hace más difícil, los árboles están muy juntos, tenemos que andar por el estrecho espacio que hay entre ellos. Me dices que no le cuente a nadie, que eso es secreto, que sólo los valientes caminan por ahí. Terminamos ese estrecho paso, quedamos frente a un montón de maderas, dices que esa es la parte más difícil, que tenemos que sortear esos obstáculos, que si no, no hay forma de regresar. Tu hermano y tú los empiezan a sortear con destreza, en cambio yo no puedo, me cuesta mucho trepar alguno, rodear otro, resbalo y caigo. Vuelves, me levantas, me dices que me apure, siento que me das valor. Llegamos a una cabaña abandonada, le pides a tu hermano que cuide la entrada, me llevas hacia adentro:

-Mira, me dices mientras levantas unos plásticos y sacas un frasco con un pequeño agujero en la tapa, lo miro y noto que dentro hay un escorpión inmenso.

- El es “Hunter”, mi mascota secreta, nadie lo sabe, siempre le traigo un insecto para que se alimente. Lo vuelves a esconder.

-Vámonos que ya es tarde.

Salimos, emprendemos el camino de regreso, empieza oscurecer. Cuando ya estamos cerca, tropiezas, tu boca dan contra una piedra y te haces una herida, (nuevamente) no sé qué hacer, ustedes dos empiezan a correr asustados, tu madre los ve, te empieza gritar, te pega, te vas llorando, te escondes donde hace un rato jugabas con las arañas. Mi madre nos dice que ya es hora de irnos, que me despida. Lo hago, beso a tu madre y estrecho la mano de tu padre, tu hermano me empuja, mientras ellos se despiden aprovecho la distracción y voy a buscarte, te veo sentada en un rincón, te tapas la cara con las manos. Te pregunto si estás bien, me miras, veo tu boca llena de sangre y tus ojos de lágrimas, (como siempre) no sé qué decirte, le pido a dios que te cure, le prometo que si te cura me voy a portar bien, que haré todas mis tareas y obedeceré a mis padres, cierro los ojos esperando el milagro, los vuelvo a abrir y tú sigues igual, me decepciono de dios, juro nunca más volver a rezar. Me acerco a tí, tomo tu mano, tomo valor y te doy un beso en los labios, me paro y salgo corriendo, tengo el sabor de tu sangre en mi boca. En ese momento descubro que el amor sabe a sangre, que siempre va estar asociado al dolor. Me subo al auto de mis padres, abrazo a mi madre, me acuesto en su regazo y empiezo a llorar. Esta es la primera noche que no puedo dormir por pensar en ti.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya la habia leido....no pierde el encanto ;)

Carmen dijo...

Si algún dia vienes te llevaré al camino secreto y cazaremos avispas con botes de cristal, hasta me partiré la boca otra vez pa que me beses bab)

Jimmy dijo...

La sola idea de poder besarte hace que valga la pena viajar guapa ;-)

Carmen dijo...

me da risa mi hermano jajajaja

Nelson dijo...

Tierna la historia Jimmy, como se merece una historia de niños.

Y tú eres el Don Lope de esta tristana?