viernes, 12 de junio de 2009

LA COFRADÍA DE LOS NÚMEROS

Luego de muchas postergaciones, al fin decido pintar mi habitación, las paredes lucen descascaradas y maltrechas, un par de manos de pintura las harían rejuvenecer. Luego de comprar todo lo necesario y desocupar mi habitación, emprendo la tarea. Todo transcurre con relativa calma hasta que una anotación con tinta azul sobre la pared llama mi atención: es un número telefónico pero no recuerdo de quién o cuándo lo anoté, decido olvidarlo de un brochazo pero algo hace que me contenga, curioso por saber algo más, lo memorizo, tomo el teléfono y marco el número.

-Aló
-Aló, este...
-¿Quién es?
-Mire, no sé cómo empezar.
-Generalmente se hace por el principio.
-Claro, mire el asunto es que estaba pintando mi habitación y encontré su número...
-Pintado en la pared, claro, venga, lo estamos esperando, ésta es la dirección...

Apunto apresuradamente sin preguntarle cómo sabía que estaba apuntado en la pared, cuando lo quiero hacer, ya ha colgado el teléfono. Decido seguir pintando pero una extraña angustia me lo impide, dejo todo, me doy un baño y voy en busca de aquella dirección.

Luego de una hora llego al lugar, es un edificio plomo, frío, con una antigua puerta de fierro. Toco el número del intercomunicador y por respuesta recibo el sonido metálico del seguro de la puerta abriéndose. Mientras subo la escalera puedo ver que todas las puertas están pintadas de negro salvo la que me indica la dirección que está revestida de una pintura ocre. Voy a tocar el timbre pero la puerta se abre y una voz empalagosa me invita a pasar, lo hago y me siento en unos muebles de terciopelo azul, fuera de eso sólo hay una mesa de centro, un cuadro con una figura indeterminada y unas botellas vacías sobre el piso. Ansioso como estoy, sólo atino a frotar mis manos contra mis muslos hasta que aparece una mujer de edad indescifrable y vestida de azul.

-Lo hemos estado esperando hace tiempo, ya nos estábamos preocupando.
-Sabrá usted disculparme, ya sabe, el trabajo, los estudios...
-No se preocupe, lo importante es que ya está con nosotros.
-Tiene razón.


Estira la mano y como caída del cielo aparece una chica que le entrega un sobre y se va como si flotara, sin hacerse sentir, no se va, "desaparece" en verdad. Me entrega el sobre y me dice que esperan sepa cumplir con mi tarea. Sin abrirlo acepto sus palabras y me despido con un gesto. En la calle abro el sobre y veo que hay una dirección, una llave y un lapicero azul. Me dirijo a la dirección, la llave encaja perfecta, abro y no hay nadie dentro de la casa, busco la habitación, anoto el número en la pared y me voy. Cuando regreso a mi casa lo primer que hago es borrar el número de mi pared de un brochazo y termino de pintar.

9 comentarios:

Un chico de Lima dijo...

esas cosas...

a ver a quién le tocará cumplir con la misión en esa oportundiad!

Unknown dijo...

Esa pared....asu Jimmy, ya te alucinaba como el Neo en una especie de Matrix de la brocha gorda...jaja
Buena historia!!!
besitos,

Jeanina

Polanesa dijo...

Jajajaj, copado!
¿Hay gente que se dedica a eso? ¿Pagan bien? :P

Te agradezco muchísimo tu comentario. Y sí, por lo general, el Poder Judicial se ocupa de otros asuntos antes que de ejercer la justicia en sí misma. Es el sistema...

En mi caso, pasados ya casi 5 años de la tragedia, me resulta muy difícil confiar en la Justicia (en la gente que se encarga de ella, se supone que el juicio recién va a cerrarse este año), sobre todo porque no sé qué sería lo más justo, no sé quiénes son todos los culpables. Y digo todos, porque los verdaderos culpables tienen nombre y apellido, pero la razón por la que Cromañón terminó como terminó es mucho más compleja. Hay demasiadas culpas y responsabilidades propias y ajenas.
La muerte de 194 personas (y más, muchas más que no aparecen en los papeles y menos en los medios, teniendo en cuenta que Callejeros movilizaba gente de diferentes clases sociales, incluyendo las más bajas, y el por entonces Jefe de Gobierno ofreció una importante suma de dinero a quien se comprometiera a guardar silencio) no pueden ajusticiarse encarcelando a unos cuantos tipos un par de años y nada más.
La justicia está en la consciecia de cada uno, y eso es lo más difícil! Con tanto puterío mediático, Cromañón terminó siendo eso para la gente: un puterío.
Y los derechos humanos nunca van a volverse reales cuando la gente no tome real consciencia de cuáles son, cuántos son, y de que no pueden ser asignados al Estado ni a nadie. Cada uno tiene que ser responsable de ejercerlos.

Saludos!!

Jimmy dijo...

Voy hacer un post con cada comentario tuyo.

arena dijo...

espero conseguir ese numero en mi pared para ver a esa chica desaparecer .
Tus historias son muy buenas :

"que todas tus noches sean noches de boda y que todas tus lunas sean lunas de miel"(juaquin sabina)

ツ Fresita ツ dijo...

Hola :D

Ahmm, este post creo haberlo leido en otro blog tuyo :X .. o me equivoco? :X, sq he andado de sapa :P

Saludos :)

Jimmy dijo...

Pues si. Sucede que hice este blog para pasar y poner exclusivamente las cosas que escribo yo. En el otro pues subo muchas canciones o cosas que he leído de otras personas (blogueros, escritores, poetas, etc)

Polanesa dijo...

Jajaja, perdón por la extensión del comentario! Es que me resulta muy difícil sintetizar :P (Nunca me pidas mi opinión sobre algún libro, porque voy a terminar plagiándolo).

El tema con los dibujos es que cuando tenía 10 años, dibujaba relativamente bien dada la edad que tenía. Ahora que tengo 20, dibujo relativamente bien para la edad que tenía hace 10 años, jaja.

Saludos!

Jimmy dijo...

Nada, al contrario, me gusta que sean extensos. Es justo por eso que decía lo de hacer un post con ellos, son muy interesantes. Por mi que te extiendas :-)