jueves, 7 de agosto de 2008

LA SEÑAL

Regreso cansado, ha sido un día muy jodido, sólo al final sucedió algo que puedo considerar bueno: Me encontré con Sandra, una chica con la que había trabajado hace un tiempo, estaba muy guapa, era obvio que ni bien nos vimos surgió algo, tanto así que hemos acordado salir esta noche, debo pasar a la una de la madrugada por el casino donde trabaja.

Pero hay un detalle: Hoy también vendrá Valeria, mi novia, hemos quedado en ir al cumpleaños de su hermano, incluso yo compré el regalo que le daremos. Es una chica muy linda, a la que amo pero últimamente me siento envuelto en una pasmosa rutina con ella, siento que necesito algo que cambie nuestra relación, que le de una nuevo impulso. Me he pasado buscando estos últimos días una señal que me de una idea sobre que hacer pero nada ha surgido, incluso estoy pensando en que si no encuentro nada nuevo debo terminar con ella.

Miro la hora: Son las nueve, aun tengo unas horas por delante, me echo en el sofá y trato de decidir qué hacer. Luego de unos minutos llego a la conclusión de inventarme una excusa para pasar de Valeria y poder ir en busca de Sandra. El celular me despierta, es un mensaje de ella: "Te espero a la una a la salida, la noche promete mucho", lo leo y me entusiasmo, miro la hora: Once y quince de la noche, caigo en cuenta que me quedé dormido. Ahora tocan la puerta, abro presuroso: Es Valeria, está especialmente bonita hoy, me saluda cariñosamente, siento una opresión en el estomago, no me hace gracia mentirle. Algo en mi rostro me delata, me mira extrañada.

-¿Te sucede algo?
-Tengo un dolor de cabeza terrible.
Miento descaradamente.
-Ay que mal, pero deberías tomar algo.
-Si, ya tomé pero nada, sigo igual, creo que mejor no debería salir hoy.
-Tienes razón mi amor, pero mejor llamo a mi hermano y le digo que no vamos a ir, me quedo acompañándote, seguro vas a necesitar ayuda.

Su nobleza me conmueve y a la vez me hace sentirme un perro traidor.

-No te preocupes cariño, es tu hermano y debes estar con él.
-Pero ¿no vas a necesitar ayuda?
-No mi amor, ya dormiré y mañana estaré bien seguramente.
-Prométemelo.
-Te lo juro por mi vida cariño.
-Entonces me voy tranquila, igual te llamo para saber cómo estás.
-No te preocupes, además ya te dije, voy a dormir.

-Ok, no insisto, mas bien dame el regalo.
-Ya esperame, lo dejé en mi habitación.

Voy por el regalo, cuando regreso veo el rostro furioso y lleno de lágrimas de Valeria, trato de adivinar qué ha sucedido, voy a preguntárselo pero el celular estrellándose contra mi rostro me lo dice todo: Ha leído el mensaje de Sandra. Ensayo un pretexto:

-Es un mensaje equivocado.
-Si y yo soy el diablo con tetas, no me tomes por estupida.
-Tranquilízate.
-No me hables así, eres una mierda, un perro, te inventas todo eso para irte con esa perra.
-No es así, déjame explicarte.
-Jodete, nunca debí meterme contigo, eres una pobre basura.

Me dice eso y me siento arrepentido, no quiero perderla.

-Me largo, no quiero verte más en mi vida.

Se va presurosa, salgo tras ella, la alcanzo y su rostro bañado en llanto me hace llorar a mi también, le hablo pero no me hace caso, al llegar al final de la calle se detiene a tomar un taxi, cuando uno para se decide a subir pero la tomo del brazo.

-Escúchame un instante por favor, yo te amo.
-¡No! ya no te quiero ver nunca más , entiéndelo, te desprecio, eres un ser cínico, repugnante.

Me tira una bofetada, el chofer, un tío albino y de enorme barba me mira furioso y me dice que la deje en paz , ella sube y se va. Siento que la perdí para siempre, un dolor me invade el cuerpo, en ese instante comprendo cuanto la quiero, que no puedo vivir sin ella, que he sido muy tonto al pensar que estaba aburrido o sumido en la monotonía. Vuelvo a mi casa, al entrar veo algo que me deja paralizado de terror: Soy yo durmiendoen el sofá, agito mi cabeza para tratar de aclararme, siento que la pelea con Valeria me ha vuelto loco, me acerco "a mi mismo" y trato "de despertarme", de pronto lo hago, me despierto, miro la hora en el celular: Once y quince de la noche, también hay un mensaje de Sandra: "Te espero a la una a la salida, la noche promete mucho", ahora tocan la puerta, voy presuroso a abrir: Es Valeria, la abrazo, la beso y le digo que la amo, que la extraño mucho.

-Estás loco, qué te pasa.
-Estoy loco por ti.
-Y yo por ti mi amor.
-Vamos de una vez, no quiero hacer esperar a mí cuñado.
-¿Compraste el regalo?
-Si, está en mi habitación, me cambio de camisa, lo traigo y nos vamos.
-Ok, no te tardes.

Me voy a mi habitación pero antes cojo el celular, ni bien entro borro el mensaje de Sandra, me cambio rápidamente, vuelvo con el regalo donde Valeria que al verme sonríe y me dice que me ama, me siento privilegiado de estar con ella. La beso y salimos, al llegar al final de la calle paramos un taxi, el chofer es un albino de larga barba, subimos y nos vamos, en el camino reconozco que esa era la señal. No quiero alejarme nunca de Valeria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maldito, o sea que tienes que perderla para valorarla, así no es pues varon, más prudencia, más tacto, bueno, fuera de los consejitos me gustó (si, una vez más) el relato de palpitante tension jajajaja