jueves, 12 de noviembre de 2009

EL QUE CIERRA PRIMERO CIERRA MEJOR

Subo al micro y aunque milagrosamente no está empachado de gente, tampoco hay mucho espacio libre, espacio libre que si hay en la pista ya que al ser sábado en la mañana no hay muchos autos, lo que aprovecha el sicótico chofer para correr a toda caña. Como estoy de pie, tengo que sujetarme del pasamanos para no caer ante el zamaqueo de cada maroma pistera que hace el conductor. La mochila que llevo a la espalda se bambolea de un lado a otro hasta que una guapa chica que está sentada delante de mí me avisa que el cierre de uno de los bolsillos de la mochila está abierto, con una mano trato de cerrarlo pero no logro hacerlo (la otra mano la tengo aferrada al pasamanos que hasta ahora me salva de caer y hacer el ridículo) La chica, al ver mi impedimento, estira sus bellas manos y corre el cierre "yo te puedo ayudar, para eso tengo manos, déjame hacerlo" incluso me ofrece cargar mi mochila sobre sus piernas. Le digo que no se preocupe, muchas gracias.

Un par de calles más allá sube una anciana y todos fingen dormir para no cederle el asiento, todos menos la belleza que me ayudó. Se pone de pie y le ofrece el asiento a la anciana que ni tonta lo acepta gustosa. Luego de diez minutos la anciana baja del micro y deja el asiento libre, le digo a la belleza que se siente pero ella me dice que ya va bajar, que me siente yo nomás. Lo hago y lo que veo concentra todos mis sentidos: tiene el cierre del pantalón abajo. Le aviso y ella agacha la mirada para certificar mis palabras, luego trata de subirse el cierre con una sola mano pero es imposible (tiene la otra mano sujeta del pasamanos que la salva de caer y hacer el ridículo), entonces yo –que soy un caballero- le ofrezco mis manos en son de ayuda "yo te puedo ayudar para eso tengo manos, déjame hacerlo", me mira y sonríe, yo insisto y ella insiste con su ambigua sonrisa. El maldito chofer se detiene en una luz verde lo que le da ventaja a la belleza de subirse sola el cierre. La chica me vuelve a mirar –esta vez muy burlona- y me dice que gracias, que justo cuando me iba decir que sí, el chofer frenó, pero que para la próxima "de todas maneras". Es su paradero, se baja y veo con pena como se aleja esa belleza y su cierre que ahora ya no quiero subir, ahora quiero bajar.

4 comentarios:

Manolo Palomino dijo...

jajajaja doctor!!! esa historia, harto graciosa.. deberiamos hacer un blog entre muchas personas llamado "memorias de una combi".. pasamos la mayor para de nuestra vida en una!!! bueno, en varias en realidad ja!.. un abrazo a la distancia..

Un chico de Lima dijo...

uuuh

santiagoMdc dijo...

chessss... casi!

ツ Fresita ツ dijo...

Shess que piña!!! xDD

Algun diaaa Jimmy algun dia ;P

jajaja

Saludos =D