jueves, 19 de marzo de 2009

YO NO ME LLAMO JAVIER (DEJEN YA DE JODER)

Por si alguien no lo sabe mi nombre es Jaime, "Jimmy" es como me llaman cariñosamente mis amigos cercanos. Resulta que hace unos años postulé a un trabajo e increíblemente fui contratado de forma inmediata (pese a no saber ni medio sobre el trabajo).

El primer día que me presenté en el nuevo trabajo estaba muerto de nervios, ni bien entré, hablé con el Jefe que me preguntó mi nombre y diciéndome un par de palabras vacías mandó llamar a su asistente y le dijo que me llevará a mi lugar de trabajo y me diera las indicaciones necesarias.

-Lleva a Javier que es nuevo.
-Si Jefe.


En el camino le dije al tipo (un enano al que nunca vi reír) que yo no me llamaba Javier si no Jaime, claro él me ignoró olímpicamente y al irse me dijo "acá lo dejo señor Javier". Y fue así como poco a poco todos en la empresa me empezaron a llamar por ese nombre a pesar de mis (inútiles) aclaraciones. Así que con el tiempo al notar que era una pérdida de tiempo tratar de aclararlo me resigné a "llamarme Javier" (en el fondo hasta le tomé cierto cariño a ese nombre). Con el tiempo llegó el aniversario de la empresa y para los festejos organizaron un almuerzo de confraternidad (que en el fondo no fue otra cosa que una borrachera atroz y puñalera donde todos rajaban de la empresa y los jefes) y un sorteo donde el primer premio era un viaje al Cuzco y el segundo una tv gigantesca de mil pulgadas y no sé qué más chucherías encima.

Para efectuarse el tan deseado sorteo el jefe anunció que había escrito los nombres de cada trabajador en unos papelitos que el hijo del dueño irá sacando para anunciar a los ganadores. El primero se lo llevó (para sorpresa de nadie) la secretaria (y eventual amante) del dueño de la empresa y el segundo lugar fue para "Javier" cosa que mis compañeros recibieron con gran chacota y algarabía (y con grandes sospechas de que yo fuera el amante gay del dueño de la empresa).

Cuando me acerqué al jefe, éste me dio un ticket con el nombre de una conocida tienda para que pase a recoger mi nueva tv. Al día siguiente pedí permiso para ir a reclamar mi premio y apenas llegué a la tienda presenté mi ticket con mis documentos pero por toda respuesta recibí un gran insulto: "estafador" que en mis documentos decía Jaime y no "Javier" y a pesar que me deshice en explicaciones no me dieron nada. Cuando volví al trabajo fui a quejarme y por toda respuesta recibí otro insulto: "mentiroso" por parte de mi jefe que me acusó de haberlo engañado todo el tiempo diciéndole que me llamaba "Javier".

Viéndome enfrascado en tan absurda situación opté por ir al departamento de Recursos Humanos donde una vez más me quejé y donde me dieron la más absurda de las respuestas: que nada se podía hacer, el ticket había sido elaborado con ese nombre y no lo podían cambiar, salvo si tenía un hermano que se llame Javier...

Fue así como por una absurda confusión que nunca pude aclarar, terminé perdiendo mi premio que fue a parar en el comedor de la empresa luego de ser declarado desierto el segundo lugar.

4 comentarios:

santiagoMdc dijo...

jajaj que divertido post! primera vez q leo tu blog y debo decir que volvere por aquí ya que me diverti leyendo jeje

Jota Erre dijo...

Buen post, Javier.

leonina dijo...

que frustrante!

¿De que estas Hecho? dijo...

O.o!!

Eso es sí que es ser RE-piña!

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