viernes, 13 de marzo de 2009

SECUESTRADOR

"Si desean de regreso a Pipo deben entregar 200 dólares, déjenlo en la última banca del Parque que está frente a su casa, luego recibirán instrucciones para recogerlo".

La lectura por parte de José, el fiel chofer, dejo asombrados a todos: Daniel, el padre, pareció congelarse junto a su taza de café. Karina, la madre, pareció quedar suspendida en el aire mientras bajaba el último escalón. A Carol, la engreída de 7 años, se le petrificaron las lágrimas y sus mocos se volvieron una dura costra. Sus oídos no daban crédito a lo que acababan de escuchar. No deliberaron mucho, de por medio estaba la tranquilidad de Carol ("Carito" en sus momentos de engreimiento), así que encargaron a José haga el trato y al día siguiente ya estaba "Pipo" de nuevo en casa, dejando su cagarrunta por todos lados como muestra de indescriptible felicidad.

En la calle del frente un gozoso tipo se frotaba las manos con los 200 dólares mientras planeaba su próximo golpe: "Mito", el bullero y nervioso Shitzu que todos los días paseaban unos niños en el mismo parque. Con mucho menos esfuerzo de lo planeado ya tenía a "Mito" en su casa, crispándole los nervios hasta el infinito con sus ladridos. Quizá fue por eso que no midió bien el alcance de lo que había hecho. Envió la nueva nota de rescate y con unos tapones en los oídos se hecho a dormir esperando nuevamente dinero fresco.

Cuando fue en busca del nuevo botín lo que encontró no fue precisamente dinero si no el frío del cañón de una pistola acariciándole la nuca. Cuando volteó estaba ahí un tipo enorme y con los ojos inyectados de venganza. Caviló tratando de ubicar ese rostro en sus recuerdos pero no lo reconoció (en ese ejercicio mental llego a recordar a un olvidado profesor de primaria incluso). De su bolsillo (como si fuera el bolsillo de un mago desde donde empiezan a surgir cosas impensadas) empezaron a salir desde billetes que nunca tuvo hasta navegables cantidades de cocaína. Sólo ahí cayó en cuenta: le habían sembrado drogas para inculparlo, todo el tiempo había estado seguro que por ser "secuestrador" de mascotas no iría preso, pero las drogas eran ya una cosa seria.

3 comentarios:

Azul dijo...

holaaa..
UFF .. hace mil que no venia por aca...
me crees si te digo que me secuestraron.!!
ajas!
habra sido esete señor de malos hábitos..

Siempre me entrengo con tus historias...

Supongo que hoy sabado estaras recorriendo la noche limeña..haciendo de las tuyas..

besos

cuidate ..nos leemos

azul

Azul dijo...

jajaja... hay mi estimadisimo..
ese TE CREO !!
no me sono convincente ...
jajaja...
pasa que viste que lo llevaron preso... lo incomunicaron...
Nadie se preocupo mucho por mi..es más si me perdian mejor...

uuu si creo que tanto encierro me trastorno ..

hey arreglate en cinco te paso a buscar jajajajajaj

besitos
Cortazar para vos ...o lo dudaste ?

besos

Azul dijo...

Yo no soy como las demas...

jamas te dejaria plantado.!!

pasa que no saliste abrir la puerta ...

no tenia tanta confianza como para entrar hasta la sala..
jajajajja