jueves, 26 de febrero de 2009

ESPERANDO (SENTADO)

Es lunes y me he quedado dormido (el día anterior me he emborrachado con una amiga que acaba de volver a Lima), voy retrasado al trabajo. He subido a una degradante y genocida combi limeña que va a una velocidad de fórmula 1 sin frenar siquiera al momento de doblar una calle. A pesar de estar abarrotada de gente (algunos mal sentados y otros doblados en tres) en una esquina suben un par de personas más: una anciana que refunfuña de todo y una chica muy sexy pero nadie les da asiento así que yo haciendo gala de mis modales le doy el asiento no a la anciana si no a esa preciosura que tan rico huele, pero ella me dice que no gracias pero que si por favor le puedo llevar su cartera para así poder sujetarse bien en cada zamaqueada que nos mete el chofer asesino, cosa a la que no me niego.

Al rato me despierto sobresaltado (me he quedado dormido, la juerga del día anterior me empieza pasar la factura) y noto que me he pasado un par de calles así que me busco a la chica que me dio su cartera, pero veo que no está. Sin más opción bajo y me voy al trabajo (obviamente que al verme ingresando con una cartera soy blanco de las más arteras bromas de mis compañeros)

Cuando ya estoy solo decido abrir la cartera en busca de alguna pista de cómo ubicar a la chica que me la dio. Al vaciar su contenido voy encontrando las cosas habituales: ni, maquillaje, lapiceros, encendedor, un celular y algo que sin saber qué es me llama la atención, cuando me fijo bien es un súper sexy hilo dental negro que en cuestión de segundos me hace alucinar febrilmente a la dueña de esa preciada prenda. Luego, entre emocionado y excitado por tan portentoso descubrimiento, decido llamar a un número que encontré en su celular bajo el nombre de "casa". Cuando llamo pregunto por ella (he visto su nombre en el dni) y dejo mi número con el encargo de que tengo su cartera.

Ese mismo día en la noche me llama y queda conmigo en pasar por mi casa al día siguiente muy temprano. Tal cual quedamos se presenta en mi casa antes de las siete de la mañana y yo que desde las cinco la espero ansioso la invito a pasar pero ella me dice que no, que está apurada.

-¿Te puedo agradecer de alguna manera?
-Lo ideal sería que usaras ese hilo dental delante mío.
-¿Tú crees?
-Claro, luego moriría feliz, en pleno orgasmo.
-Por ahora no será posible.
-Lo sé.
-Pero queda pendiente, yo te llamo.
-Gracias, esperaré ansioso tu llamada.
-Seguro guapo.


Han pasado cuatro años y sigo esperando su llamada.

2 comentarios:

leonina dijo...

jajjaja el hilo ya no le quedara como antes?....

Jimmy dijo...

Sería bueno averiguarlo :-D