jueves, 4 de septiembre de 2008

PUNTADA EN FALSO

Es un sábado de agosto en la antigua hacienda de la familia Carvajal, pero no es un sábado cualquiera, es uno muy especial: hoy se casa Zenobia, la última de las hijas de aquella inmensa familia. Los ajetreos para la organización tomaron mas fuerza desde el pasado jueves, día en que todos -familia y empleados- se abocaron a la labor de tener listo todo para tan importante evento.

Don Rubén, el padre de Zenobia se ha encargado de invitar personalmente a los demás hacendados de la zona y conseguir cantidades navegables de licor, incluso a importado algunos vinos desde Francia. Doña Elvira, su siempre alegre esposa se encargó de todos los demás preparativos tales como el buffet, la orquesta y decoración del amplio salón donde acostumbran realizar las fiestas familiares. Sólo algo escapó de las manos de los padres: La confección del vestido de novia, delicada labor que fue encomendada a Doña Teresa, la anciana madre de Don Rubén, costurera nata que se jacta siempre de haber confeccionado los trajes de novias de todas sus nietas y demás chicas del pueblo.

Ese día por la mañana Doña Teresa se encarga de darle los últimos retoques y cuando se apresta a darle la puntada final al vestido es detenida por Zazá, su hija mayor, que fiel a una antigua costumbre local le ha traído un cabello de Juanita, la mayor de sus hijas, para que le de la última puntada al vestido no con un hilo blanco si no con el cabello que trae entre manos. (La costumbre consiste en que si al coser el vestido le dan la última puntada con el cabello de una chica esta será la próxima en casarse).

Doña Teresa acepta gustosa el pedido y procede a hacerlo, sabe los pensamientos su hija mayor: Que Juanita, cerca ya de los cuarenta años, se quede soltera o "a vestir santos" tal como dicen en el pueblo, lo cual sería considerado como una gran deshonra para el honor de la familia, ya que todas sus hijas están casadas, incluso la menor, Gabina, de apenas dieciocho años.

El momento de la boda ha llegado, el salón esta lleno de gente y la capilla privada esta sobriamente adornada. Un viejo pianista toca unas notas cuando ingresa la novia del brazo de Don Rubén. El Padre Fermín (un religioso con fama de enamorador y alcohólico, especialmente traído desde la Constitución, el pueblo vecino) se acomoda la sotana, bebe un poco (más) de vino y da una última revisada a las palabras que va pronunciar. Doña Teresa y Doña Elvira lloran de emoción, el novio la espera a un lado del altar.

Cuando Zenobia ha dado algunos pasos de pronto surge Dánila, la menor de las nietas de Doña Teresa, coge la cola del vestido y la levanta, esto produce el terror en Zazá, que sabe que si la cola no es arrastrada no se cumplirá el deseo de ver casada a su mayor hija. Desesperada por no saber que hacer mira a su madre y ésta, en una rápida reacción ya ha cogido con su bastón un lado del vestido de Dánila y la arrastra hacia ella, luego mira a su asustada hija y le hace un guiño de complicidad, ésta da un hondo suspiro de calma.

La boda y posterior celebración salieron muy bien, lo que dejo conformes a Don Rubén y Doña Elvira, que ven así cumplido su sueño de ver consagradas en matrimonio a todas sus hijas. La fiesta duró dos días, los rumores dos meses. Justo transcurrido ese tiempo Zazá va a casa de Juanita, como queriendo enterarse si "había laguna novedad", o en buen cristiano, si se había conseguido un novio y estaba próxima a casarse ya. En el camino siente que la gente la mira raro y murmura a su paso, confundida decide desviarse de su ruta y va a casa de Doña Susana, vieja amiga y confidente, cuando ésta la abre la puerta la mira con ojos compasivos:

-No sabes cuanto los siento Zazá.
-¿Cuánto sientes qué?
-¿Cómo, no lo sabes?
-¿Sí no sé qué?
-Las últimas noticias.
-No tengo la menor idea, pero dímelas, no me asustes así.....
-Espéreme un instante amiga.

Doña Susana entra su casa y cuando regresa trae un periódico entre las manos, se lo alcanza a su vieja amiga que lo lee y sufre un repentino infarto que la causa la muerte. Los vecinos se juntan alrededor del cuerpo, algunas ancianas se persignan y rezan en voz baja, de pronto alguien dice que no es dable que el cuerpo esté tirado al aire, coge el periódico y empieza a taparlo. En una página que esta a la altura del pecho se llega a leer la noticia y causa de tan penoso suceso:

PADRE SE ENAMORA, CASA Y FUGA

El Padre Fermín, principal autoridad religiosa de Constitución se dio a la fuga con todas las donaciones en efectivo que tenia la iglesia local, al hacerse público su secreto matrimonio con Doña Juanita Carvajal, la nieta del conocido hacendado Don Rubén Carvajal. Se sabe que ambos personajes huyeron en la madrugada de ayer y se sospecha que estarían rumbo al Caribe, donde intentarían cambiar de identidad y pasar su luna de miel.......

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gustan tus finales que es como decir que me gusta como acabas jajaja.....bonito y tierno de final medio malvado.