viernes, 23 de octubre de 2009

EL GALLO SUBE

Llego a casa luego del colegio y mi tío me dice que tenga cuidado al entrar a la cocina, le han encargado un gallo de pelea que es muy caro y lo ha encerrado en un espacio que queda libre ahí. Yo le digo que no se preocupe. Claro que lo primero que hago es ir corriendo a la cocina y buscar al animal. No me tardo mucho en encontrarlo, está debajo del lavadero y para que se no escape le han puesto una madera grande que siempre estuvo en un rincón y ahora luego de tantos años parece encontró una función (en verdad la madera encaja exacta y yo pienso que fue diseñada especialmente para no dejar escapar a gallos de pelea que le encargan a las personas).

Primero trato de entreverlo por encima de la madera pero el espacio es muy angosto, luego decido jalar un poco la madera pero nada, allá dentro todo sigue muy oscuro. Entonces decido abrir un poco más la madera pero calculo mal y el gallo termina escapándose, cuando (al fin) lo veo bien, noto que es un gallo negro, enorme y muy avezado que despliega sus enormes alas y da saltos amenazantes frente a mí. Luego parece percibir el terror que me invade, entonces se envalentona más y se decide a atacarme con todo, dando enormes saltos logra rozar mi cara con su espuela, de pronto me arrincona y yo siento que voy a morir bajo las alas de aquel horrible animal. En ese momento mis ojos distinguen una escoba y estirando mi brazo la llego a tomar y justo cuando el bronco animalejo me va dar el espuelazo mortal yo soy más rápido y le doy el escobazo mortal en la cresta y el gallo cae muerto al piso.

Asustado (ya no porque me vaya a matar el gallo si no porque ahora me va matar mi tío) trato de resucitar al animal pero todos mis intentos son en vano. Cuando lo reviso veo que no tiene ninguna herida, no hay rastros de sangre así que una rápida autopsia mental determina que el gallo ha muerto de una conmoción cerebral originada por un elemento contundente (o sea un vulgar escobazo). Lo cargo (y pienso que un gallo muerto pesa mucho), lo meto al lugar de donde nunca debió salir y me voy a mi cuarto. Al rato escucho como es que mi tío le cuenta a mi madre que el gallo apareció inexplicablemente muerto. Luego se resignan a su muerte y yo me siento más vivo que nunca, al final me he librado de la muerte.

3 comentarios:

Polanesa dijo...

Ahhh, esas cosas pasan...

No sé si con gallos de pelea, pero...

Jajaja

Emm... sobre la historia sin fin... es una sola historia. Lo lógico sería leerla siguiendo el orden de los números de los capítulos, aunque no se descarta la posibilidad de leerla como a uno más le plazca o, incluso, no leerla en absoluto.

Saludo!

Ely dijo...

Que lindo post!
Me gusto mucho, besos.

Jimmy dijo...

Lo leíste? :-D